Lo que parecía una negociación encaminada a asegurar el futuro de Juan Soto en el Bronx, terminó en una sorpresiva traición emocional para los Yankees de New York. Según fuentes cercanas a la organización, el equipo estaba plenamente convencido de que el estelar jardinero dominicano renovaría su contrato con ellos el pasado 11 de diciembre. Sin embargo, en un giro inesperado, Soto optó por firmar con los Mets de Nueva York después de una conversación crucial con su familia.
De acuerdo con los reportes, las partes estaban tan cerca del acuerdo que Soto pidió un breve receso para discutir algunos detalles finales con su familia durante el almuerzo. Desde la oficina de los Yankees, todo parecía indicar que solo faltaban las firmas. Pero las horas pasaron… y lo siguiente que supieron fue que Soto había firmado un histórico contrato con los Mets, luego de que sus familiares lo persuadieran de que los Mets era el mejor destino para su futuro. La noticia cayó como un balde de agua fría en el seno de los Yankees, quienes habían hecho de Soto una prioridad absoluta tras adquirirlo en un canje con los Padres de San Diego.
Su impacto en el equipo, su juventud y su capacidad para brillar en los escenarios más grandes lo hacían el complemento perfecto para Aaron Judge en la alineación por años venideros. Aunque nunca se conocieron los detalles exactos del ofrecimiento de los Yankees, se presume que fue competitivo tanto en años como en valor total.
Sin embargo, los Mets liderados por el millonario propietario Steve Cohen y con una agresiva estrategia de reclutamiento ofrecieron no solo dinero, sino un entorno familiar que convenció a Soto en el último momento.
“Estaban seguros de que era un hecho. Solo faltaba que volviera del almuerzo. Pero volvió con otra decisión, y no fue por dinero. Fue por lo que le dijeron sus seres cercanos” dijo una fuente de los Yankees
Ahora, el jardinero dominicano luce la camiseta de los Mets y los Yankees de New York enfrentan la difícil realidad de haber perdido a uno de los talentos más generacionales del béisbol por un cambio de parecer de último minuto. En el Bronx, aún persiste la sensación de que Juan Soto estuvo a un suspiro de convertirse en el rostro de los Yankees del futuro, y que el destino lo alejó justo cuando parecía más cerca que nunca.