El primer juego de la serie entre los Bravos de Atlanta y los Guardianes de Cleveland tuvo un toque especial gracias al regreso de Ronald Acuña Jr. desde la lista de lesionados, quien se hizo sentir con sus ocurrencias al instante y justo en la parte baja de la novena entrada.

Con el marcador 2-0 a favor de Atlanta, los Guardianes buscaban la heroica remontada. En turno estaba nada más y nada menos que José Ramírez, la gran estrella dominicana de Cleveland, quien conectó un batazo sólido que parecía tener destino de cuadrangular, levantando de sus asientos a los aficionados locales.

Sin embargo, ahí apareció Ronald Acuña Jr., quien no solo fildeó con seguridad la pelota, sino que también le agregó un ingrediente de picardía. Fingió que la bola estaba fuera de su alcance, generando la ilusión de un jonrón tanto en Ramírez como en los fanáticos. En cuestión de segundos, el estadio pasó de la euforia al desconcierto cuando el jardinero aseguró el out con total calma.

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La chispa que hace falta en MLB

Más allá de la jugada en sí, lo que resalta es el estilo único de Ronald Acuña Jr Ese tipo de detalles, que molestan a los rivales en el momento, son los que convierten al béisbol en un espectáculo inolvidable. En Cleveland no agradó la broma ni a José Ramírez ni a la fanaticada, pero para el resto de la liga, es un recordatorio de por qué la presencia de Acuña Jr. es tan valiosa para el deporte.

El venezolano no solo aporta poder y velocidad, sino también una energía diferente que contagia tanto a compañeros como a fanáticos. Su regreso representa un alivio para los Bravos y una buena noticia para todos los seguidores del béisbol que disfrutan de esos pequeños momentos que hacen el juego más entretenido.