La llegada de Rafael Devers a los Gigantes de San Francisco generó gran expectativa entre la afición y los analistas, especialmente por tratarse de un bateador élite con historial comprobado de poder y producción. Sin embargo, sus primeros días con el uniforme negro y naranja no han sido lo que muchos esperaban. En 14 partidos disputados desde que se concretó el traspaso desde Boston, Rafael Devers apenas ha podido conectar 11 imparables en 54 turnos oficiales, para un promedio de bateo de .204 y un OPS de apenas .676, números muy por debajo de su estándar habitual.
Lo más alarmante ha sido su tendencia al ponche: ya suma 23 abanicados en ese corto lapso, lo que refleja una evidente falta de ritmo y ajuste en la Liga Nacional. Aunque es temprano para emitir juicios definitivos, los Gigantes sin duda necesitan que su nuevo slugger empiece a producir con más consistencia, especialmente en un momento crucial de la temporada donde cada juego cuenta en la lucha por un puesto en la postemporada.
¿Rafael Devers no ve la bola otra vez?
A inicios de esta misma temporada, Rafael Devers fue víctima de un slump ofensivo preocupante con los Medias Rojas, en el que acumuló 17 ponches en 19 turnos sin conectar de hit en sus primeros cinco juegos. Aunque logró recuperarse de ese mal inicio, su producción se ha vuelto a desplomar desde su llegada a San Francisco.
A pesar de todo, los números generales del dominicano no son malos, ya que es el segundo jugador con más boletos de las Grandes Ligas con un total de 64, así como también es cuarto en carreras remolcadas con 58, adornado por un OPS de .868 con 21 dobles y 17 jonrones.