El venezolano Orlando Arcia tuvo ofertas tanto de los New York Yankees como de los New York Mets luego de ser liberado por los Bravos de Atlanta, y optó por firmar con los Rockies de Colorado, según reportes de las Grandes Ligas.

Arcia fue anunciado como la más reciente firma de los Rockies de Colorado, considerado el peor equipo de las Grandes Ligas con base en su récord de apenas 9 victorias y 47 derrotas, encaminados a establecer un nuevo récord de derrotas nunca antes visto en la historia del juego.

De acuerdo con el reconocido periodista Jon Heyman del New York Post, tanto Yankees como Mets mostraron interés real en adquirir a Arcia tras su salida de Atlanta. Sin embargo, el campocorto de 30 años, campeón de la Serie Mundial en 2021, declinó unirse a esos equipos neoyorquinos y eligió a unos Rockies que, al momento de su firma, acumulaban una marca de 9 victorias y 47 derrotas, ritmo que los pone en camino a una de las peores temporadas en la historia de las Grandes Ligas.

¿Por qué tomaría Orlando Arcia esta decisión?

Aunque a primera vista la decisión puede parecer inexplicable, hay lógica detrás de la elección del venezolano. En Colorado, Arcia tiene vía libre para jugar a diario, en un equipo que busca desesperadamente estabilidad y experiencia en el infield. Con escasas expectativas de competir este año, los Rockies pueden ofrecerle el escenario ideal para relanzar su carrera y demostrar que aún tiene valor como titular en las Grandes Ligas.

Además, el Coors Field, conocido por ser uno de los parques más amigables para los bateadores, podría ser el lugar perfecto para que Arcia recupere confianza con el madero y eleve sus números ofensivos.

A sus 30 años, Orlando Arcia todavía tiene gasolina en el tanque. Aunque sus números en 2025 han sido discretos y su tiempo de juego ha sido limitado, su historial y versatilidad defensiva aún son activos valiosos. Si logra aprovechar esta oportunidad en Colorado, podría volver a ponerse en el radar de equipos contendientes de cara a futuras temporadas, esta vez como una pieza sólida y lista para contribuir de inmediato.

En definitiva, Arcia ha preferido jugar todos los días en un equipo perdedor, que esperar su turno en el banco de un equipo con aspiraciones. Su apuesta es clara: volver a ser relevante, cueste lo que cueste.