El cerrador Aroldis Chapman de los Red Sox de Boston y el tercera base Rafael Devers de los Gigantes de San Francisco se enfrentaron por primera vez en la temporada luego de que hace unos días eran compañeros de equipo, brindando un esperado y emocionante duelo.
El escenario fue perfecto: parte alta de la novena entrada, el marcador 7-5 a favor de Boston, bases vacías y un out. Chapman, conocido por su intimidante presencia en la lomita y su recta explosiva, se preparaba para sellar la victoria. En el plato, Rafael Devers, excompañero y figura de poder, listo para arruinarle la noche.
Antes del primer pitcheo, ambos se saludaron brevemente, un gesto de respeto que precedió al enfrentamiento entre dos viejos aliados convertidos en rivales. Sin embargo, la cortesía no tuvo espacio una vez iniciado el duelo. Aroldis Chapman atacó con su habitual mezcla de poder y precisión: sinkers veloces que coqueteaban con las esquinas y lanzamientos quebrados para descolocar al bateador.
Finalmente, con la cuenta a su favor, Chapman soltó una recta a 102 millas por hora que Rafael Devers no pudo descifrar. El swing pasó en vano y el umpire cantó el tercer strike. Chapman celebró el ponche con su característico gesto de intensidad, mientras los fanáticos de Boston estallaban en aplausos.
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Aunque fue un simple turno al bate, el momento representó mucho más: el reencuentro competitivo de dos figuras que hace solo unas semanas compartían el mismo uniforme, y ahora, separados por decisiones organizativas, compiten desde lados opuestos de la historia.
Por su parte, Rafael Devers bateó de 5-0 con un ponche en su primer juego ante el equipo con el que había estado toda su carrera. Mientras que Aroldis Chapman, sumó salvamento a su cuenta y de paso, sigue moldeando sus números individuales, en lo que va del año posee 1.41 de efectividad con 45 ponches en 32 entradas, acompañado de 14 salvamentos.