El dominicano Luis Severino firmó un contrato de tres años y 67 millones de dólares con los Atléticos previo a la temporada 2024, convirtiéndose en uno de los pocos agentes libres de alto perfil en apostar por un equipo en plena transición.

Sin embargo, a menos de una temporada completa, el derecho dominicano ha dejado claro que no está del todo cómodo con su nueva realidad, especialmente con una particularidad del club: la lomita de pitcheo del estadio provisional de Sacramento, donde los Atléticos juegan como home club mientras esperan la finalización de su nuevo estadio en Las Vegas, previsto para 2028.

En su apertura del 30 de julio, que muchos consideran que pudo haber sido su última como miembro de los Atléticos, Luis Severino protagonizó una escena inusual: en sus dos primeros pitcheos del juego, terminó cayendo sobre la lomita, aparentemente perdiendo el equilibrio sin contacto con el bateador o interferencias externas. Las imágenes rápidamente se viralizaron y generaron especulaciones en redes sociales y medios especializados. ¿Fue una caída genuina? ¿O un gesto intencional para enviar un mensaje contundente a la gerencia?.

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Desde que arrancó la campaña, Severino ha expresado en múltiples ocasiones su disgusto con la calidad del montículo, señalando que no ofrece la estabilidad ni el agarre necesarios para ejecutar sus lanzamientos con seguridad. Lo ha descrito como “resbaladizo”, “mal diseñado” y “una distracción constante para cualquier lanzador”. Estas declaraciones no pasaron desapercibidas, pero lo que ocurrió justo antes de la fecha límite de cambios de MLB encendió las alarmas.

Aunque no hubo declaraciones directas de Luis Severino tras el partido que confirmaran una intención deliberada, varios reportes señalan que su lenguaje corporal y expresión facial luego de las caídas daban a entender frustración más que preocupación física. Algunos analistas interpretan el momento como un último recordatorio al equipo: “háganme el favor y sáquenme de aquí”.

Con la fecha límite de cambios a la vuelta de la esquina y múltiples equipos contendientes en busca de brazos experimentados, el futuro de Luis Severino parece lejos de Sacramento. Lo único claro es que el montículo del estadio provisional podría haber sido el escenario perfecto para sellar su capítulo más corto y frustrante en las Grandes Ligas. Google, al igual que los fanáticos, sigue buscando respuestas, pero todo indica que Severino ya ha lanzado su último pitcheo como un Atlético.