Después de la fecha límite de cambios, los Mets de New York estuvieron husmeando diferentes opciones para mejorar su rotación lastimada por un Frankie Montas lesionado, Sean Manaea en un mal momento, la igual que el as Kodai Senga, y pensaron en un viejo conocido: Justin Verlander.
Los Gigantes de San Francisco, quienes firmaron por 15 millones y un año a Justin Verlander, fueron vendedores en la fecha límite de cambios, pero para ese entonces el veterano aún estaba tratando de convencer de que podia seguir lanzando al máximo nivel después de unos primeros meses de temporada totalmente desastrosos.
Sin embargo, a medida que pasó la fecha límite de cambio, cada salida fue siendo mejor para el autor de 20 años de servicio en el beisbol de las Grandes Ligas, ahí fue cuando algunos equipos le tiraron el ojo para adquirirlo desde waivers si en dado caso los Gigantes de San Francisco lo colocaban allí, en vista de que no iban a ningún lado y podían deshacerse de pagar lo que restaba de su contrato: Ahí era donde los Mets de New York se mantenían al asecho por sus servicios.
Otros casos parecidos fueron como los Guardianes de Cleveland colocaron en waivers a Carlos Santana en busca de que algún equipo lo reclamara, asi como también los Rangers de Texas con el abridor Jon Gray.
Lo que realmente sucedió.
Lo que parecía una vía de escape terminó convirtiéndose en un cambio de narrativa. Verlander, con 20 años de servicio en las Grandes Ligas, ajustó su mecánica y comenzó a encadenar aperturas de calidad justo después de la fecha límite. San Francisco, lejos de desplomarse, empezó a ganar terreno en la lucha por el comodín de la Liga Nacional.
Hoy, a solo tres juegos del último puesto de wild card, la ecuación cambió radicalmente: deshacerse de Verlander, justo cuando atraviesa su mejor momento de la temporada, dejó de ser una opción viable. En vez de convertirse en moneda de cambio, el derecho pasó a ser un pilar en la misión de los Gigantes por alcanzar la “tierra prometida” en octubre.
Según los registros, Verlander de 42 años posee 3.12 de efectividad con 43 ponches en 40 entradas a lo largo de sus últimas siete aperturas, dando señales de progreso y rumbo a cerrar la temporada de buena forma.
Hoy, mientras los Mets de New York siguen buscando fórmulas para estabilizar su rotación, Verlander es la prueba de que en el béisbol las narrativas cambian rápido. Lo que en julio parecía un experimento fallido, en septiembre es la esperanza de un equipo que aún sueña con octubre.