Junior Caminero, flamante All-Star y rostro joven de los Rays de Tampa Bay, está teniendo una temporada digna de atención, pero no solo por sus logros ofensivos, al contrario, podría hacer historia de la mala y de la que nadie quiere hacer.
El joven dominicano, que ha deslumbrado con su poder al bate y su presencia en el plato, también está acumulando una estadística indeseada a ritmo histórico: batazos para doble play.
Hasta el corte actual de poco más de la mitad de la temporada 2025, Junior Caminero ya suma 25 batazos para doble play (GDP), una cifra alarmante para cualquier jugador, especialmente uno con tanto protagonismo en la alineación. Si mantiene este ritmo, estaría proyectado a finalizar la campaña con más de 40 batazos para doble play, lo cual no solo encendería las alarmas internas en los Rays, sino que también lo pondría en el libro de récords de manera negativa.
El récord actual de más batazos para doble play en una temporada pertenece al legendario Jim Rice, quien conectó 36 GDP en 1984 con los Boston Red Sox. Si Caminero alcanza o incluso supera esa marca, se convertirá en el jugador con más batazos para doble play en una sola temporada en la historia de las Grandes Ligas.
Este tipo de batazos, aunque en parte reflejan que el jugador está constantemente en situación de remolcar carreras con hombres en base, también son un indicativo de contacto duro, pero mal dirigido, falta de velocidad para evitar la doble matanza y decisiones situacionales que deben corregirse. En el caso de Junior Caminero, su estilo agresivo y su tendencia a buscar batazos fuertes al cuadro lo están convirtiendo en presa fácil para las defensas.
A pesar de ello, sus aportes ofensivos no son menores: ocupa el quinto lugar en carreras remolcadas en toda la liga con 60, lo que indica que constantemente se encuentra en situaciones productivas, aunque a veces con consecuencias mixtas. Reducir la frecuencia de sus GDP podría marcar la diferencia entre una gran temporada y una que termine manchada por un récord poco honorable.
A pesar de sus logros como jonronero joven y su estatus de estrella emergente, si no ajusta su enfoque en turnos clave, podría cerrar el año con un récord que nadie quiere tener. Para un jugador que representa el futuro de los Rays de Tampa Bay, este aspecto del juego podría empañar lo que, de otro modo, sería una temporada brillante.
Los Rays seguramente buscarán estrategias para protegerlo de situaciones proclives a las dobles matanzas como reducir su presencia con corredores lentos en primera o apostar por más jugadas de bateo y corrido, pero por ahora, Caminero camina peligrosamente hacia una marca histórica que nadie desea ostentar.