En lo que pintaba como una tranquila victoria para los Mets de New York, la tensión se encendió en la parte baja de la octava entrada del primer juego de la serie contra los Padres de San Diego cuando el venezolano Francisco Álvarez fue golpeado.
Con dos outs en la pizarra y el marcador 8 por 2 a favor del equipo local, el lanzador Bradgley Rodríguez desató la polémica al golpear con un sinker a 100 millas por hora en el brazo al receptor titular de los Mets, Francisco Álvarez.
El impacto fue inmediato y doloroso. Álvarez tuvo que abandonar el juego de inmediato, acompañado por el personal médico y visiblemente afectado por el golpe. Las cámaras no tardaron en captar la reacción del dugout de los Mets, donde varios jugadores mostraban enojo y frustración, conscientes de lo que significa perder a uno de sus mejores hombres en medio de la lucha por el Wild Card de la Liga Nacional.
Video:
Francisco Alvarez is hit in the arm by a 100 MPH fastball from Bradgley Rodriguez
The Mets’ dugout is not pleased pic.twitter.com/Es3yNLT47c
— SNY (@SNYtv) September 17, 2025
Ambiente cargado y posible represalia.
La situación no pasó desapercibida para la fanaticada ni para los mismos peloteros. Si bien no se ha confirmado que el lanzamiento fuera intencional, el contexto encendió la polémica: ¿por qué arriesgar un sinker de 100 millas en un juego prácticamente definido a favor de los Mets? La duda sembró malestar y alimentó las especulaciones sobre posibles represalias.
No se descarta que, en el próximo enfrentamiento de la serie, los Mets decidan responder con la misma moneda y busquen enviar un mensaje golpeando a uno de los titulares de los Padres de San Diego. El béisbol, aunque disciplinado, no está exento de códigos no escritos, y esta situación podría avivar un ambiente de tensión que trascienda lo meramente deportivo.
Un golpe a la lucha por la postemporada
La posible ausencia de Francisco Álvarez representa un duro golpe para las aspiraciones del conjunto neoyorquino. El joven receptor no solo aporta poder con el madero, sino también liderazgo y solidez detrás del plato, cualidades fundamentales en este tramo decisivo de la campaña. En un escenario tan apretado como la pelea por los comodines, perderlo por varios juegos podría marcar una diferencia significativa.