A lo largo de la temporada 2025 de las Grandes Ligas, los Mets de Nueva York han tenido altos y bajos, pero hay una constante innegable: el éxito del equipo pasa directamente por el bate de Francisco Lindor.

El campocorto puertorriqueño, más allá de sus aportes defensivos y liderazgo en el clubhouse, se ha consolidado como el verdadero termómetro ofensivo del conjunto neoyorquino.

Las estadísticas no mienten. Durante las 54 victorias de los Mets de Nueva York este año, Francisco Lindor batea para .336 con un impresionante OPS de 1.030. Cada vez que logra embasarse, producir y ser ese bate oportuno en el medio de la alineación, el equipo responde con victorias. Es un rendimiento digno de MVP cuando el equipo triunfa.

Pero el contraste es igual de contundente. En las 43 derrotas de los Mets, Lindor apenas batea para .146 con un OPS de .431, cifras que no solo se alejan del nivel élite, sino que muestran cuán dependiente es este equipo de su estrella. Cuando Lindor no produce, los Mets simplemente no ganan. Así de simple.

Cabe destacar que, después de comenzar la temporada con marca de 45 victorias y 24 derrotas, los Mets ahora han perdido 20 de sus últimos 30 juegos. En general poseen marca de 56 victorias con 44 derrotas, ocupando el segundo lugar de la división este de la Liga Nacional.

Esta disparidad deja claro que, más allá de otros nombres de peso como Juan Soto, Pete Alonso o Brandon Nimmo, es Francisco Lindor quien define el rumbo del equipo. Su energía, su guante, y sobre todo, su bate, son los que marcan el compás de este conjunto que sueña con regresar a octubre.

Si los Mets de Nueva York aspiran a meterse en la conversación seria por la postemporada, necesitan que Francisco Lindor siga encendido. Porque cuando él brilla, todo Queens brilla con él.