El dominicano Framber Valdez, uno de los brazos más confiables de la rotación de los Astros de Houston en los últimos años, está viviendo una temporada 2025 marcada por un contraste tan evidente como preocupante. Sus números muestran que el zurdo ha sido difícil de atacar, por sus rivales en las Grandes Ligas 2025, ya que en general posee 145 ponches en 145 entradas con 2.97 de efectividad, 11 victorias, 5 derrotas y un promedio de bateo permitido a sus oponentes de .226. Aunque luce como una gran temporada e incluso, se encuentra en el top de los cinco lanzadores en la carrera por el Cy Young de la Liga Americana.
Sin embargo, según las estadísticas, el zurdo ha sido ineficiente ante las grandes organizaciones, incluyendo las que tienen mucha historia. La diferencia de su rendimiento ante grandes equipos en comparación con las otras organizaciones, es muy notable.
En cinco aperturas contra Yankees, Dodgers, Red Sox, Cardenales y Gigantes, Valdez ha lanzado 26.2 entradas, permitiendo 36 hits, 25 carreras limpias, 12 boletos y registrando 23 ponches, lo que se traduce en una alarmante efectividad de 8.45. En esas salidas, no ha podido lograr una sola apertura de calidad (0%), un dato que refleja su dificultad para dominar a estos rivales de peso.
El panorama cambia radicalmente cuando enfrenta al resto de los equipos de la MLB. En 18 aperturas, Framber Valdez acumula 119.0 entradas, apenas 84 hits permitidos, 23 carreras limpias, 37 boletos y 122 ponches, con una efectividad impresionante de 1.74 y un 84% de aperturas de calidad (16 de 18). Este rendimiento de élite lo mantiene como uno de los mejores lanzadores del año… siempre y cuando no tenga que medirse a las franquicias más históricas del béisbol.
Estos números abren el debate sobre si Framber Valdez enfrenta un obstáculo mental o estratégico cuando se mide a organizaciones con más presión mediática, mayor poder ofensivo y plantillas llenas de figuras. Lo cierto es que, para que los Astros puedan aspirar a lo más alto en octubre, su as zurdo deberá encontrar la fórmula para trasladar su dominio habitual también a los escenarios más exigentes.