Después de meses de especulaciones y tensiones técnicas, la F1 implementó durante el Gran Premio de España nuevas pruebas de deflexión en los alerones delanteros con el objetivo de limitar la flexión de estas piezas clave en la aerodinámica de los monoplazas. Sin embargo, el esperado cambio reglamentario tuvo poco o nulo impacto en el rendimiento general de la parrilla según los reportes de Motorsport.

Las nuevas evaluaciones, diseñadas para restringir el uso de la aeroelasticidad, es decir, la capacidad de los alerones de deformarse estratégicamente para mejorar la eficiencia aerodinámica, se aplicaron tras una normativa previa que ya había ajustado los parámetros en las alas traseras a principios de la temporada 2025.

La F1 no logra introducir mejores cambios

Red Bull fue uno de los equipos más activos en exigir la aplicación de estas pruebas, convencidos de que McLaren había aprovechado al máximo esta zona gris del reglamento de la F1 para mejorar su ritmo en carrera. Sin embargo, los resultados en pista no respaldaron esa teoría: no se evidenciaron cambios sustanciales en la jerarquía de rendimiento, ni se detectaron equipos afectados directamente por la nueva normativa.

El siete veces campeón mundial Lewis Hamilton no tardó en reaccionar al ajuste técnico. El piloto de Ferrari calificó el cambio como “un desperdicio de dinero” para la F1, restando importancia a una batalla que generó ruido, pero que terminó sin consecuencias reales.

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Lo cierto es que, más allá del revuelo generado en los medios y dentro del paddock, las pruebas de flexión terminaron por disipar un mito más que revelar una ventaja competitiva concreta. Los equipos seguirán optimizando sus soluciones aerodinámicas dentro del marco legal, pero queda claro que los alerones flexibles no fueron el arma secreta que algunos sospechaban. La F1, como siempre, sigue avanzando entre estrategias técnicas, acusaciones cruzadas y normativas que a veces terminan en mucho ruido y pocas diferencias.