La noche del sábado en Glasgow saltó la sorpresa, Ekow Essuman se impuso por decisión unánime a Josh Taylor propinándole en su casa su tercera derrota consecutiva

Taylor (19-3, 13 KO), el favorito local y una vez campeón indiscutible, buscaba relanzar su carrera a sus 34 años con el cambio a peso welter y era considerado claro favorito.

El escocés mostró destellos de su calidad en los primeros asaltos, pero la implacable presión y el ritmo incesante de Essuman lo que terminó por desmantelar al escocés. El apodo de “Motor” nunca fue tan apropiado; Essuman (22-1, 8 KO) mantuvo una cadencia de trabajo que superó a Taylor en cada intercambio, asumiendo progresivamente el control del combate y se llevó la victoria.

Essuman se impuso por decisión unánime por (115-113, 116-113, 116-112) en una actuación impecable que lo posiciona firmemente para una oportunidad por el título mundial.

Al finalizar, Essuman declaró:

“Es un boxeador increíble, siempre lo he respetado”, “He estado en el lado B, en la esquina de los visitantes, en la boca del lobo, y he hecho lo que he hecho. Recuerdo cosas de hace mucho tiempo, cuando entrenábamos, y las puse en práctica.” Esta humildad, combinada con una ejecución perfecta, subraya su profesionalismo.

“Quiero títulos mundiales. Lo conseguí, me dieron un excampeón indiscutible, y lo he superado, he demostrado que soy un campeón mundial. Así que pónganme en el escenario mundial.

Mientras tanto, el futuro de Josh Taylor en el boxeo pende de un hilo. Su salida prematura del ring, sin ofrecer una entrevista, habla sobre la frustración y la incertidumbre que lo embargan tras esta nueva derrota y confirma que el excampeón indiscutible de las 140 libras está en clara caída y en esta ocasión no puede poner en duda las puntuaciones de los jueces como ocurrió en la derrota ante Josh Catterall.