Una escena preocupante se vivió en el duelo entre Orioles de Baltimore y Rays de Tampa Bay, cuando una línea de foul conectada por Adley Rutschman impactó de lleno al lanzador Hunter Bigge en el dugout de los Rays. El incidente ocurrió durante la parte alta de la séptima entrada del encuentro entre ambas novenas, generando tensión inmediata en el estadio George Steinbrenner.

La conexión de Adley Rutschman, una línea potente hacia la zona de foul del lado derecho, se desvió directamente al banquillo de los Rays, donde el derecho Bigge fue golpeado sin oportunidad de reaccionar. El personal médico ingresó rápidamente al área, y tras varios minutos de atención, el lanzador fue inmovilizado y retirado en camilla, ante la mirada preocupada de ambos equipos.

Adley Rutschman tiene un accidente 

El impacto generó una inmediata ola de silencio en el estadio y consternación en el rostro de Adley Rutschman, visiblemente afectado por la situación. Aunque este tipo de jugadas no son comunes, representan uno de los riesgos más serios del beisbol profesional, especialmente cuando los dugouts están expuestos y la reacción ante pelotas bateadas a gran velocidad es casi nula.

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Hunter Bigge estaba fuera de acción en ese momento, observando el juego junto al cuerpo técnico. Aún no se han dado detalles oficiales sobre su estado, pero se espera que el equipo ofrezca una actualización médica en las próximas horas.

Desde la introducción de protecciones adicionales en estadios de MLB, los equipos han reforzado las medidas de seguridad para fanáticos y personal, pero situaciones como esta evidencian que los riesgos aún existen, especialmente en zonas cercanas al terreno de juego.

Los Orioles, por su parte, expresaron su preocupación y apoyo por el jugador rival, mientras el juego continuó en un ambiente marcado por la seriedad del momento. Tanto compañeros como adversarios quedaron impactados por lo ocurrido. En espera de un parte médico oficial, el beisbol se une en solidaridad por la pronta recuperación de Hunter Bigge, en lo que fue, sin duda, una de las escenas más inquietantes de la temporada.