La Serie Divisional de la Liga Americana no comenzó de la mejor manera para los Yankees de Nueva York, que atraviesan un inicio preocupante frente a los Blue Jays de Toronto. El pitcheo, uno de los pilares tradicionales de la franquicia, no pudo contener el poder ofensivo del rival y terminó permitiendo una cifra que quedará marcada en los registros históricos de MLB.
En los dos primeros juegos de la serie, los Yankees recibieron un total de 23 carreras, la mayor cantidad que han permitido en ese lapso dentro de una postemporada. Este récord negativo refleja los problemas de efectividad de la rotación y del bullpen, que no han encontrado la fórmula para frenar a una ofensiva canadiense inspirada. El resultado no solo compromete sus aspiraciones inmediatas, sino que también enciende las alarmas de cara al resto de la serie.
Yankees permiten 23 carreras en dos juegos y hacen historia negativa
El desafío para los Yankees ahora es encontrar la manera de recuperar la confianza en el pitcheo y evitar que la serie se les escape de las manos. La combinación de aperturas inestables y relevistas poco efectivos ha dejado al descubierto una vulnerabilidad que los Blue Jays han sabido aprovechar con batazos oportunos y rallies determinantes.
Históricamente, Nueva York se ha caracterizado por tener cuerpos de lanzadores sólidos en octubre, pero este arranque de ALDS marca un contraste evidente. La ofensiva rival no solo ha sumado carreras en cantidad, sino que lo ha hecho en momentos claves que han roto el equilibrio de los partidos.
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Para revertir la situación, los Yankees necesitan ajustes inmediatos: mejor control desde la lomita, ejecución en conteos favorables y un bullpen que pueda cerrar la puerta en situaciones críticas. La serie aún no está definida, pero el margen de error se ha reducido considerablemente para un equipo que carga con la exigencia constante de competir por títulos.