El receptor de los Filis de Filadelfia, J.T Realmuto, cometió un grave error mental que pudo costarle el juego a su equipo ante los Dodgers de Los Angeles el lunes por la noche en las Grandes Ligas 2025.

Justo en la parte baja de la novena entrada, dos outs, marcador empate a cinco carreras, los Dodgers, Shohei Ohtani se robó la segunda base solo al no ver ningún intento en sacarlo de circulación del receptor J.T Realmuto. Sin embargo, lo cierto es que Realmuto pensó que el pitcheo en turno era el tercer strike del turno para Mookie Betts y que la entrada había terminado, pero en realidad fue el llamado como su segundo pitcheo en bola en la cuenta.

El dugout, jugadores y por supuesto Rob Thompson, manager de los Filis de Filadelfia, parecían confundidos al ver como uno de sus jugadores más veteranos y receptor de todos los días, estaba algo desconectado del partido, ya que las reglas no escritas dicen que debia hacer el tiro y no predecir la decisión del árbitro.

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Lo que pudo pasar.

Tener a Ohtani en segunda base es un dolor de cabeza para cualquier rival. Su velocidad y capacidad para leer jugadas lo convierten en un riesgo latente, mucho más si el bateador al plato es Mookie Betts, capaz de definir el partido con un solo swing.

Además del peligro de un imparable remolcador, la situación abrió la puerta a otro riesgo estratégico: un corredor en segunda puede identificar lanzamientos y transmitir señales al bateador. La posibilidad de que Ohtani, con su inteligencia de juego, ayudara a Betts a anticipar un pitcheo, puso aún más tensión sobre los Filis en un momento crítico.

Por suerte de ambos, Mookie Betts terminó fallando con un elevado de out a las manos del jardinero central Harrison Bader. Aunque el error no terminó decidiendo el partido de inmediato, dejó en evidencia que incluso los jugadores más veteranos no están exentos de cometer lapsos mentales que pueden marcar la diferencia en instancias clave de las Grandes Ligas.