El cerrador cubano Aroldis Chapman sigue escribiendo capítulos de peso en su carrera dentro de las Grandes Ligas. El lanzador zurdo firmó recientemente una extensión de contrato por dos años y 26 millones de dólares con los Red Sox de Boston, consolidando no solo su rol como pieza clave del bullpen, sino también su legado financiero en el béisbol.

Con este nuevo acuerdo, Chapman eleva sus ganancias acumuladas en MLB a un total de 189 millones de dólares, una cifra impresionante para un relevista. El contrato reafirma su vigencia en la élite a pesar de tener ya 37 años y lo coloca en una posición privilegiada de cara al futuro.

Lo más llamativo es que, de mantenerse competitivo y conseguir acuerdos adicionales tras las temporadas 2026 y 2027, Chapman podría convertirse en el primer relevista en la historia de las Grandes Ligas en superar la barrera de los 200 millones de dólares en ganancias a lo largo de su carrera. Una hazaña que lo separaría del resto y marcaría un precedente para el valor de los brazos especializados en los innings finales.

Aroldis Chapman, conocido por su poderío en la lomita y su capacidad para dominar con rectas que han superado las 100 millas por hora, ha sido uno de los relevistas más dominantes de su generación. Campeón de Serie Mundial con los Chicago Cubs en 2016 y los Rangers de Texas en el 2023, además de múltiples invitaciones al Juego de Estrellas, su carrera combina impacto deportivo con una impresionante capacidad para asegurar contratos lucrativos en distintos equipos.

Cabe destacar que en el 2016, Aroldis Chapman firmó el contrato más lucrativo para un relevista en la historia de la MLB con los Yankees de New York, por unos 5 años y 86 millones de dólares. No obstante, además de ser uno de los únicos cuatro relevistas activos con 1,000 ponches o más del negocio, también va rumbo a cruzar la barrera de los 200 millones.

Ahora, con Boston apostando por su experiencia y aún con la posibilidad de seguir sumando millas en la Gran Carpa, Chapman no solo persigue relevancia deportiva, sino también una marca económica sin precedentes en la historia del béisbol para un pitcher de bullpen.