El lanzador dominicano Luis Gil será el encargado de abrir el juego del viernes cuando los Yankees de New York inicien una serie de tres juegos contra los Cardenales de San Luis, cuyo equipo pensó que iba a ser el que le daría la oportunidad de ser profesional cuando era un adolescente.
La historia de Luis Gil y los Cardenales de San Luis.
Antes de que el lanzador derecho, nacido en la ciudad dominicana de Azua, firmara su primer contrato profesional con los Mellizos de Minnesota en el 2017, Gil despertó un gran interés por parte de un scout de los Cardenales de San Luis, llamado Rodny Jiménez.
Jiménez, cazatalentos de los Cardenales en la República Dominicana, había sido lanzador de ligas menores en la organización de los Bravos y reconoció de inmediato el gran talento de Gil en el brazo, tanto así que llegó a hablar de él con los encargados de operaciones de ligas menores de los Cardenales de San Luis.
“Él defendía y creía firmemente en el potencial de Luis”, declaró Moisés Rodríguez, sugerente general de operaciones de Grandes Ligas y cazatalentos internacionales de los Cardenales, al Daily News esta semana por correo electrónico.
Luis Gil pensó que firmaría con San Luis.
“Estuve a punto de firmar con ellos. Me estuvo muy pendiente durante todo ese tiempo, y el periodo de fichajes se acercaba, así que sentí que estábamos muy cerca de firmar.Lo único que sé es que estaba muy interesado en ficharme” declaró Gil a The News
¿Y por qué no lo firmó? Murió.
Desafortunadamente, el acuerdo entre Gil y San Luis nunca se materializó tras el fallecimiento inesperado de Jiménez. Según Brian Walton, de The Cardinal Nation, el cazatalentos sufrió un infarto en junio de 2014.
Tras la trágica noticia, Luis Gil y su entrenador continuaron su búsqueda de oportunidades hasta que el 12 de febrero de 2015 firmó como agente libre amateur con Minnesota por 90,000 dólares. Su paso por los Mellizos fue breve, ya que en 2018 fue cambiado a los Yankees de New York a cambio del jardinero Jake Cave.
Ahora, años después, el derecho enfrentará a los Cardenales en un escenario muy distinto: como pieza clave de la rotación de los Yankees y con la oportunidad de seguir escribiendo su propia historia en las Grandes Ligas.