El dirigente de los Red Sox de Boston, Alex Cora, ha incumplido una promesa que le hizo a su organización sobre no permitir que lo expulsaran de un partido más en lo que resta de la temporada 2025 debido a que entiende que su trabajo es estar en el dugout y tomar las decisiones.

Sin embargo, durante el partido del miércoles ante los Astros de Houston, Cora salió del dugout en la parte alta de la sexta entrada para hablar con el equipo de árbitros sobre un posible balk del lanzador abridor de los Astros, Hunter Brown, que estaba en duda. Ocurrió con Jarren Durán en tercera base y Houston ganando 2-1.

La forma en la que Alex Cora reclamó no fue la mejor, y aunque le había prometido al árbitro Junior Valentine que no permitiría que fuera expulsado, resulta que su enojo no fue con él, más bien con el otro árbitro Ryan Blakney, quien era el encargado del home plate y no dudó en expulsar al boricua.

Lo que dijo Alex Cora.

“Odio que me expulsen. Mi trabajo es estar en el dugout y ayudar a este equipo a ganar partidos desde allí. Todo esto de animar a la tropa y todo eso de ser expulsado es una porquería. Mi trabajo es estar en el dugout. Eso es algo que (el entonces presidente de operaciones de béisbol) Dave Dombrowski me enseñó en el 2018. Y trato de quedarme ahí el mayor tiempo posible” dijo Cora

Esta expulsión no solo pone en entredicho su promesa personal y profesional, sino que también abre el debate sobre cómo un dirigente debe balancear la defensa de sus jugadores con la necesidad de mantenerse presente para dirigir el juego. En un momento en el que los Red Sox de Boston luchan por mantenerse en la pelea dentro de la División Este de la Liga Americana, cada decisión y cada ausencia en el banquillo puede marcar la diferencia entre avanzar a la postemporada o quedarse fuera.