El joven prospecto de los Red Sox de Boston, Roman Anthony, recientemente aseguró su futuro con la organización al firmar una extensión de nueve años y 160 millones de dólares. Sin embargo, más allá de la magnitud del contrato, lo que realmente ha captado la atención de expertos y analistas es la razón por la que muchos lo visualizan como “el próximo Juan Soto”: su impresionante disciplina en el plato y su conocimiento de la zona de strike.
Los números respaldan esta comparación. Según los registros, el O-Swing % de Roman Anthony porcentaje de lanzamientos fuera de la zona de strike a los que hace swing es de apenas 19,7%, una cifra excepcional para un jugador de su edad y experiencia. En toda la liga, el único pelotero con una mejor marca en este aspecto es precisamente Juan Soto, con un 17,6%. Esta estadística no solo refleja paciencia, sino también una capacidad sobresaliente para reconocer los lanzamientos y forzar a los lanzadores rivales a trabajar dentro de la zona.
Roman Anthony es primer bate por algo.
Aunque robar bases no es su fuerte y también es un bateador de poder, el hecho de que Alex Cora lo eligiera como su primer bate ahora es cuando hace mucho más sentido.
La habilidad de Roman Anthony para evitar malos contactos y esperar su pitcheo ideal es un rasgo que en la actualidad se valora tanto como el poder o la velocidad, ya que maximiza las probabilidades de embasarse y generar ofensiva. Tal como ocurrió con Soto en sus primeros años, este enfoque maduro y selectivo convierte a Anthony en un bateador difícil de dominar y, potencialmente, en una superestrella a largo plazo.
Además, una reciente estadística reveló que Anthony posee un promedio de salida de su bate de 93.8 millas y una tasa de persecución de 18.9%, logrando así unirse a Juan Soto como los únicos peloteros con una velocidad de salida tan alta y una tasa de persecución tan baja.
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Si continúa desarrollando su ofensiva con la misma disciplina y visión de juego, Roman Anthony no solo justificará su millonaria extensión, sino que podría convertirse en la nueva referencia de paciencia y consistencia en las Grandes Ligas, siguiendo la huella del propio Soto.
En el Draft de la MLB del 2022, los Red Sox de Boston utilizaron su selección número 79 de la segunda ronda para apostar por un joven jardinero llamado Roman Anthony. En ese momento, su elección no generó tantos titulares como otros nombres de primera ronda, pero la organización veía en él un potencial ofensivo fuera de lo común.
Con apenas 18 años y saliendo de la escuela secundaria, Anthony ya mostraba una madurez en el plato que llamó la atención de scouts y directivos, convirtiéndose en un proyecto a desarrollar con paciencia dentro del sistema de ligas menores de Boston.
Lo que pocos imaginaron fue la rapidez con la que escalaría posiciones en los rankings de prospectos. No habían pasado dos años desde su llegada a la organización cuando Roman Anthony ya era catalogado como el mejor prospecto de todo el béisbol.
Su ascenso meteórico se sustentó en números impresionantes con el madero, destacando por su disciplina en el plato, su capacidad para generar contacto de calidad y su notable poder a todas las bandas. Aunque su defensa nunca ha sido su punto fuerte, su producción ofensiva lo convirtió en un nombre imposible de ignorar para analistas y expertos.