Si hay algo que probablemente nadie esperaba este 2025, es que un Aroldis Chapman estaría lanzando para los eternos rivales de los Yankees de New York, su ex equipo, y encima, estuviera haciendo un mejor trabajo que cualquier miembro de la organización del Bronx cuando de relevistas se trata.
Aroldis Chapman, quien tuvo una tumultuosa salida de los Yankees tras seis temporadas con el equipo, ha resucitado su carrera en 2025 con una temporada All-Star, la primera desde 2021. Actualmente, el zurdo registra una efectividad de 1.21 con récord de 3-2, ha convertido 21 de 23 oportunidades de salvamento y ha ponchado a 65 bateadores en 43 entradas. Su WHIP de 0.76 y el promedio de bateo en su contra de apenas .136 lo colocan entre los cerradores más letales de toda la liga.
¿Quién lo diría?
Mientras tanto, los Yankees de New York atraviesan una pesadilla en su bullpen. Devin Williams, quien fue adquirido desde Milwaukee con la esperanza de convertirse en el sucesor confiable de Clay Holmes, ha sido todo menos eso. Con marca de 3-4, una elevada efectividad de 5.44 y tres salvamentos desperdiciados (además de múltiples empates en entradas anteriores), Williams se ha convertido en una de las grandes decepciones de la temporada.
La comparación entre ambos es inevitable y dolorosa para los fanáticos del Bronx. Mientras Aroldis Chapman domina desde el montículo con su característico fuego zurdo, los Yankees continúan buscando respuestas para un bullpen que ha sido parte del problema en sus múltiples derrotas cerradas.
Crédito a los Red Sox de Boston y al cubano..
Chapman nunca ha estado fuera del juego, tras su salida de los Yankees de New York, pasó a ser miembro de los Reales de Kansas City, Rangers de Texas y PIratas de Pittsburgh. Con ninguno de los equipos recientemente mencionados tuvo malos años. Sin embargo, la versión que ha demostrado en su primer año con los Red Sox de Boston, demuestra que el equipo ha hecho un gran trabajo logrando ajustes y cambios de mentalidad en el lanzador cubano.
El regreso al estrellato de Chapman no solo confirma que aún le queda mucho en el tanque, sino que también pone en entredicho las decisiones recientes de la gerencia de los Yankees.