El japonés de los Dodgers de Los Ángeles, Shohei Ohtani, ha sido golpeado un par de veces en medio de la gran rivalidad ante los Padres de San Diego, aun asi, ha mantenido la compostura e incluso ha ido un poco más allá de lo esperado cuando de clase y comportamiento se trata.

A pesar de que ha sido golpeado en su pierna derecha por Jeremiah Estrada el pasado miércoles y en la espalda por una recta a 100 millas del cerrador Robert Suárez en la jornada del jueves, Shohei Ohtani, no ha dado un paso en falso hacia una posible pelea o provocar que se empeoren los ánimos. Al contrario, en su más reciente episodio, en medio del dolor y la incomodidad, fue visto hablando con sus rivales.

Durante la parte baja de la novena entrada del partido entre los Padres de San Diego vs. los Dodgers de Los Ángeles, Shohei Ohtani aprovechó que el juego estaba detenido mientras los árbitros se reunían para determinar la expulsión del cerrador Robert Suárez, quien recientemente había golpeado a Ohtani con una recta a 100 millas en la espalda, para entonces ir al dugout de los Padres y hablar con alguno de sus jugadores.

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Shohei Ohtani demuestra por qué es la cara de las Grandes Ligas.

¿Cuándo fue la última vez que vimos a alguien recientemente golpeado caminar hacia el dugout rival y charlar con los jugadores sin problemas? No. No es algo común, pero Shohei Ohtani lo está haciendo ver normal.

Este tipo de gestos no solo consolidan su estatus como uno de los mejores jugadores del planeta, sino también como uno de los más respetados. En tiempos donde las emociones pueden escalar en segundos dentro del diamante, Ohtani ha preferido predicar con el ejemplo, mostrando que el respeto y la clase también son parte esencial del juego.