La llegada de Rafael Devers a los Gigantes de San Francisco sigue generando reacciones en el mundo del béisbol. Aunque el equipo no ha revelado públicamente en qué parte de la alineación o en qué posición jugará el dominicano, ya se siente la expectativa en el clubhouse.
Tanto el gerente general Buster Posey como el dirigente Bob Melvin han preferido no dar declaraciones sobre los planes específicos para Devers hasta tener una conversación directa con el propio jugador.
Both Posey and Melvin said they’ll hold off on talking about where Devers will play until they talk to him about it. Devers told Adames, a friend for 10 years, that he’ll fly to San Francisco tomorrow. Adames: “We needed someone like him for the lineup.”
— Alex Pavlovic (@PavlovicNBCS) June 16, 2025
Gigantes si se quieren manejar con Devers.
Rafael Devers, quien fue cambiado desde los Red Sox de Boston el pasado domingo, tuvo problemas con dicha organización debido a que no le notificaron a tiempo que sería movido desde la tercera base hasta el rol de bateador designado, y, no obstante, también se negó a jugar en la primera base una vez que se lo pidieron tras la lesión de Triston Casas.
Es por eso que los Gigantes de San Francisco no quieren cometer el mismo error que los Red Sox de Boston y tener un inicio de relación sana con Rafael Devers, comenzando por explicarle los planes del equipo, qué les gustaría hacer con el ahora que es parte del equipo y qué posición preferiría jugar.
La llegada de Rafael Deversrepresenta un golpe de autoridad para los Gigantes, quienes buscan dar un paso firme hacia la postemporada. Con un contrato de más de $250 millones aún por delante y un palmarés que incluye múltiples selecciones al All-Star y un campeonato de Serie Mundial, el dominicano tiene la experiencia y la capacidad para asumir un rol de liderazgo ofensivo en San Francisco.
Cabe destacar que aún queda por ver cómo será integrado por Melvin en el orden ofensivo y en la defensa. Pero con su poder probado y su historial en momentos grandes, no hay duda de que los Gigantes suman a uno de los bates más peligrosos del béisbol actual.