Keibert Ruiz vivió este miércoles un momento especial e inolvidable en su carrera como pelotero profesional. Por primera vez desde que debutó en las Grandes Ligas, el receptor venezolano tuvo la oportunidad de jugar con sus padres presentes en el estadio, y no defraudó: conectó un sencillo remolcador en su primer turno al bate y protagonizó una emotiva reacción que capturó la atención de todos.
El escenario fue el Nationals Park, casa de los Nacionales de Washington. Keibert Ruiz, que atraviesa su cuarta temporada en las Mayores, nunca había podido compartir con sus padres un juego desde las gradas debido a restricciones de viaje y compromisos familiares. Finalmente, esa espera llegó a su fin.
Keibert Ruiz brilla frente a sus padres
En su primer turno, Keibert Ruiz conectó un sólido batazo que se internó en el jardín, suficiente para impulsar una carrera y poner a celebrar a los fanáticos locale pero especialmente a sus padres, quienes no ocultaron su emoción. Desde el campo, el propio Keibert miró hacia las gradas con una sonrisa enorme y un gesto de orgullo, en una de las postales más emotivas de la jornada en las Grandes Ligas.
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El joven careta de 25 años se ha consolidado como una pieza importante en la reconstrucción de los Nacionales. Su ofensiva consistente y su crecimiento detrás del plato lo convierten en una figura clave para el futuro del club.
Pero más allá del rendimiento deportivo, el momento vivido ante la mirada de sus padres es uno de esos capítulos que trascienden las estadísticas y hablan del lado humano del beisbol. Keibert Ruiz seguirá sumando hits en su carrera, pero este, frente a su familia por primera vez, tendrá un lugar especial en su vida y en la historia de su vida en las Grandes Ligas.